Logia Mozart
logia masónica de Madrid
masonería mixta adogmática liberal

Clara Campoamor

Sufragio femenino

Clara Campoamor

Muerta de cáncer lejos de España, en 1972, casi olvidada, en Lausana. Quizás por eso, por no haber seguido a los otros diputados exliados en Francia, o en Méjico. Pasó por Suiza, Ginebra, Argentina, Buenos Aires, en donde empezó a escribir ensayos, dónde despertó su pasión, su vocación por la literatura, y de nuevo a Suiza.

Luchadora infatigable y con éxito por el sufragio femenino, consiguió que se reconociera en España el mismo en 1931, a pesar de la oposición de un cierto número de diputados y diputadas de izquierdas, y por supuesto de la derecha presente en la Cámara. Pero lo consiguió. Y entonces España formó parte de aquellos países que lideraron el proceso de igualdad, no total aún. Y la Dictadura de Franco lo abolió de nuevo, tanto para las mujeres como para los hombres tras la Guerra Civil. En marzo de 1939 consiguió ser la primera mujer en formar parte de una Junta de Gobierno elegida en el Ateneo de Madrid.

Abogada, política y escritora ha de servirnos de ejemplo con el fin de evitar dar pasos hacia atrás en la conquista de la igualdad. Debió abandonar sus estudios con 13 años sin finalizar el Bachillerato, pero tras ganar una plaza en el Cuerpo Auxiliar de Correos y Telégrafos en San Sebastián, vuelve a Madrid. Se matricula en Derecho y en dos años se licencia, siendo la primera mujer en formar parte del Colegio de Abogados.

Clara Campoamor fallece ciega en 1972, sin poder volver a Madrid, ciudad en la que nació en 1888, a su barrio de Maravillas, hoy Malasaña, ni a España. Y todo, por haber ingresado en 1931 en la logia masónica de adopción Reivindicación, dependiente de la Logia Concordet, del Gran Oriente Español. Tuvo que elegir entre tres opciones que le ofreció la policía en 1951: denunciar a los masones y masonas que conocía, pasar 12 años en la cárcel, o volver al ostracismo y al olvido.

Nunca le importó ir contra corriente, pero siempre desde sus ideales feministas, liberales, laicos y republicanos, “La libertad se aprende ejerciéndola” como ella misma dijo.

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