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Josephine Baker

Mujer libre y fuerte

Josephine Baker

Freda Josephine McDonald nace el 6 de junio de 1906, en Saint-Louis, Missouri (EEUU), donde vivirá sus primeros años con su madre en una chabola hecha de cartón, maderas y hojas de periódico. La pequeña, a la que todos llaman “Tumpie”, es una mestiza afroamericana y amerindia appalache apasionada por el teatro, el canto y el baile.

Por falta de recursos, su madre la envía a trabajar a la casa de familias acomodadas a cambio de que le proporcionen un techo, comida y estudios. Sin embargo, se convierte en una niña esclava al servicio de estas familias, de las que recibirá malos tratos y apenas le concederán tiempo para ir al colegio.

En vista de esta situación y de pequeña mejora de la situación económica de la familia, su madre vuelve por ella y la lleva al nuevo hogar que ha formado con un Arthur Martin, obrero en una fábrica de carbón. Para ayudar a la economía familiar y a su madre, que tiene tres hijos más, Josephine abandona el colegio con trece años, se pone a trabajar y se casa, en 1919, con Willie Wells.

Gracias a su talento natural, su manera tan particular de mover las caderas y de hacer muecas, Josephine consigue unirse a un grupo de músicos itinerantes que la llevan hasta Philadelphia, donde conoce a su segundo marido, William Baker, con el que no permanecerá más de tres años. Tumpie, ahora Josephine Baker, apasionada por el music-hall, abandona a su marido para probar suerte en Broadway, donde consigue papeles en varias compañías de comedia musical. Conoce allí a Caroline Susley Reagan, esposa del adjunto comercial de la embajada estadounidense en París, que ve en ella un gran potencial y le propone montar un espectáculo en París, del que ella sería la gran estrella: la Revue nègre.

Josephine Baker llega a París en septiembre de 1925 y pronto empieza a ensayar en el Teatro de los Campos Elíseos, a ritmo de charlestón -baile aún desconocido en Europa- un número llamado “La danza salvaje” que baila semidesnuda y que, a pesar de provocar escándalo inicialmente, acaba causando sensación. Josephine se convierte pronto en la musa de los cubistas que veneran su estilo y sus formas y suscita el entusiasmo de los parisinos por el jazz y la “música negra”. Giuseppe Abatino, un escultor italiano, con quien mantendrá una relación de diez años, será quien impulse su carrera internacional.

Al regreso a Francia, tras una gira sin éxito por EE. UU., en 1936, Josephine Baker contrae matrimonio con Jean Lion, un comerciante de azúcar judío, y obtendrá la nacionalidad francesa. Una vez más, su matrimonio no durará mucho tiempo y ella volverá al escenario.

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, Josephine empieza a colaborar con los servicios secretos de la Francia libre y aprovecha las fiestas y encuentros con la alta sociedad parisina para obtener información útil para los aliados. En 1940, se alista en los servicios secretos, bajo las órdenes de Jacques Abtey, que será su superior hasta la liberación. Participará en misiones importantes, en las que utilizará sus partituras para encriptar los mensajes secretos. Tras la liberación, Josephine colabora con la Cruz Roja, ofreciendo espectáculos para los soldados en el frente. Sus actividades durante la guerra le valieron la medalla de la Resistencia francesa, la Legión de Honor y la Cruz de guerra.

Tras varios abortos y el parto de un niño que nació muerto, Josephine -que ya no pudo volver a quedarse embaraza- compra el castillo de Milandes, en Dordoña, que alquilaba desde 1937 y se instala allí con su nuevo marido, Jo Bouillon, director de orquesta, y los doce hijos que adopta, a los que llama cariñosamente su “tribu arco iris”, por ser de diferentes orígenes étnicos.

En 1955, tras el homicidio de joven afroamericano Emmett Till, Josephine se implica en el movimiento de los derechos civiles promovido por Martin Luther King y en lo que se convertirá en la LICRA (Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo).

El 6 de marzo de 1960, Josephine Baker es iniciada en francmasonería, en la logia Nouvelle Jérusalem, de París, perteneciente a la Obediencia Gran Logia Femenina de Francia (GLFF), aunque fue irradiada inmediatamente después porque no volvió a aparecer por el templo después de su iniciación.

La vida sentimental de Josephine Baker no sólo estuvo compuesta de una larga lista de maridos, sino que mantuvo relaciones con varias mujeres: entre ellas, la escritora Colette, la cantante Clara Smith y la pintora Frida Kahlo. Ahora bien, Josephine siempre mantuvo en secreto su bisexualidad.

Los últimos diez años de su vida estuvieron marcados por las deudas y el acoso del fisco. Perdió su castillo de Milandes, a pesar de la campaña de ayuda que lanzaron algunos artistas franceses, como Brigitte Bardot. Siguió actuando gracias a mecenas como el Príncipe Rainier III de Mónaco y la Princesa Grace, que además le ofrecieron una vivienda en Roquebrune para el resto de su vida.

Josephine Baker murió el 12 de abril de 1975, de una hemorragia cerebral, cinco días después de la 14ª representación de su espectáculo Joséphine à Bobino, con el que hacía una retrospectiva de su vida, para celebrar sus cincuenta años de carrera, y que había sido aclamado por las críticas y el público.

La Venus de Ébano, como así la llamaban, fue una mujer que, a pesar de tener todo inicialmente en su contra (mujer, negra, pobre, bisexual y librepensadora) supo forjarse su propio camino y fue ejemplo de lucha por la libertad, la igualdad y la fraternidad.

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