Logia Mozart
logia masónica de Madrid
masonería mixta adogmática liberal

Atilano Coco Martín

Pastor evangélico, maestro, republicano, masón

Atilano Coco nació en el pueblo zamorano de Guarrate el 5 de octubre de 1902, hijo y nieto de campesinos protestantes de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), que encontró cierto arraigo en la Guareña zamorana llegando a tener una escuela femenina y otra masculina en Villaescusa, pueblo próximo al de Atilano, desde 1879 y en cuya escuela Atilano realizó sus primeros estudios, que continuó en Gran Bretaña. A su regreso a España, se estableció en Alicante, donde ejerció como maestro en una escuela anglicana durante varios años, pasando después a dirigir una escuela privada laica. También en Alicante se desarrolla su ideología republicana colaborando en el semanario republicano La raza íbera y afiliándose al Partido Republicano Radical Socialista desde el momento de su fundación en 1930, atraído por el laicismo de este partido así como las posibilidades que le ofrecía para la acción social.

Atilano se inició en la logia Constante Alona n.º 1 de El Gran Oriente Español (GOE), en Alicante, el 13 de julio de 1928, adoptando el nombre simbólico de Timoteo, aunque su propia esposa declaró que se había iniciado en su época de estudiante en Inglaterra “como casi todos los pastores protestantes”, pero en esa época no tenía la edad requerida. Consta también que en la misma logia alcanzó el grado 2º y posteriormente el grado de Maestro.

Tras su matrimonio en 1930 con Enriqueta Carbonell se trasladó a Salamanca, donde se estableció en un edificio que la IERE tenía para culto, vivienda para el Pastor, función que ejerce como Diácono, y una escuela que contaba con unos 100 alumnos en 1936, de la que se encarga como maestro, aunque al principio sin título. También desarrolla una importante actividad política, especialmente desde su afiliación al partido Unión Republicana Nacional, de Martín Barrio, por el que fue candidato al Congreso en las elecciones de 1936, si bien no obtuvo escaño. Así mismo se afilió al Socorro Rojo Internacional y a la Liga Española de los Derechos del Hombre. En 1933 participó en la refundación en Salamanca de la logia Helmántica n.º 22, también bajo los auspicios del GOE, de la que fue Secretario y Venerable Maestro.

El currículum de Atilano no era nada recomendable al producirse la sublevación del 18 de julio de 1936, Atilano Coco tenía todas las características para ser represaliado: protestante, maestro, republicano y masón, siendo detenido el 31 de julio de 1936 y puesto a disposición del Gobernador Militar de Salamanca, hecho este que no pudo ser subsanado por su buen amigo Unamuno, que al enterarse de su detención por la esposa de Atilano utilizó toda la influencia que pudo para su liberación ante el Gobernador Militar e incluso ante Franco, aunque infructuosamente y, si bien Unamuno llegó a creer que Atilano había sido liberado, no fue así.

Atilano escribió una abundante correspondencia desde la cárcel, a veces por el conducto reglamentario y a veces escondida en el cierre de la cesta en la que Enriqueta le llevaba la comida, hasta que el 9 de diciembre de 1936, salió de prisión “en libertad”, según consta en la ficha de la cárcel, hacia un vehículo en compañía de otros reclusos y de militantes armados de Falange Española. Nunca se le volvió a ver, Su esposa solicitó en 1941 que se le declarara fallecido, recibiendo la negativa del Gobernador Civil de Salamanca, pues en su ficha carcelaria constaba su liberación, confirmada por testigos fiables. Al encontrarse en paradero desconocido se le juzgó en rebeldía en aplicación de la Ley de 1 de marzo de 1940 de Represión de la Masonería y el Comunismo, siendo condenado el 22 de enero de 1943, seis años después de su muerte, a 16 años de prisión menor y las accesorias de separación e inhabilitación absoluta y perpetua.

Esta situación de desaparecido puede resolverse pronto, pues hay casi absoluta certeza de la localización de la fosa común en la que fue enterrado con otros compañeros de prisión “liberados” con él la misma noche, en el pueblo zamorano El Cubo del Vino, fosa que será abierta con otras próximas a ella en 2021, demasiado tarde para Enriqueta, que falleció en 2007. No obstante la memoria de Atilano fue exhumada en cierto modo en la película Mientras dure la Guerra, de Alejandro Amenabar.

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