Francisco Bilbao Barquín

Filósofo revolucionario. Intelectual, liberal y republicano. Activista antimonárquico y anticlerical. Exiliado, e hijo de exiliado. Precursor del radicalismo y pensamiento social en Chile. Promotor de la integración de América. Se le atribuye la creación y primera mención pública del concepto de América Latina. Figura de la Primavera del Pueblo en la Francia de 1848. Combatiente en las barricadas de París y prisionero de la Inquisición en Lima. Iniciador de una revolución contra la moralidad conservadora en el Chile de mitad del siglo XIX. Fundador de la Sociedad de la Igualdad. Considerado paladín de la libertad en América y la desvinculación de la actitud de colonialidad mantenida por España, entendida como la hegemonía instaurada de imposición de conocimientos, prácticas y formas culturales en todos los campos de la vida social de los países emancipados del imperio español a partir de 1810. Consagró su vida a la emancipación moral y material de los pueblos. Partidario ardoroso y decidido de la libertad de conciencia y de los derechos individuales. Su vida fue una batalla incesante de divulgación y fomento de sus ideas de regeneración y de progreso, a la vez que un continuo alegato contra la enconada persecución de quienes defendían y promovían los privilegios, dogmas y supremacías que él combatió.

En los textos de historia Bilbao es presentado como una figura romántica, exageradamente idealista, desfasada de su tiempo, que tiene poco concreto que ofrecer, que llevado por su idealismo, persigue utopías. Se le presenta como un filósofo abstracto, como un pensador de salón alejado de la realidad. Sin embargo fue una persona de acción. Fue un activista, agitador, un dirigente social y político de primer orden. Construyó sus ideas y las divulgó.

Francisco de Sales Bilbao Barquín, nació en Santiago de Chile el 9 de enero de 1823. Hijo de Mercedes Barquín Velasco (argentina) y de Rafael Bilbao Beyner (chileno). De sus primeros años y de su infancia en Chile, no existe demasiada información. Tuvo un hermano, Manuel (1828-1895), quien tras la muerte de Francisco, publicó sus obras y su biografía. En 1834, la familia fue exiliada a causa de que su padre, dirigente liberal, era un activo opositor al gobierno conservador de la época. La familia vivió en Perú hasta 1839, año que pudieron regresar a Chile. Al regresar a Chile, realizó sus estudios primarios y secundarios en el Instituto Nacional, para posteriormente seguir estudios de Derecho, que no completó. A los 21 años, siendo estudiante universitario, publicó un artículo anárquico y anticlerical titulado “Sociabilidad chilena”. La publicación, radical, ferozmente mordaz y crítica con el gobierno y la propia sociedad chilena, causó una fuerte polémica y fue un hito en su época. Fue acusado del delito de blasfemia, los ejemplares del libro fueron requisados y quemados, y se le obligó a pagar una gruesa suma de dinero como multa. Si bien la controversia lo dejó estigmatizado socialmente, Bilbao quedó convertido en un verdadero ícono para la juventud liberal. Para alejarse de la encarnizada persecución social de la que fue objeto, al poco tiempo partió a Europa, donde estudió con más profundidad las nuevas doctrinas revolucionarias. Se instaló una temporada en París, donde entabló amistad y se nutrió de las ideas liberales de Lamennais, Quinet, Michelet y otros intelectuales que le imprimieron mayor fuerza y convicción a su temperamento revolucionario. En 1848 regresó a Chile. Sus críticas a la religión católica, particularmente en sus “Boletines del espíritu”, le costaron ser excomulgado en 1850. En abril de ese mismo año organizó junto a su amigo Santiago Arcos Arlegui la “Sociedad de la Igualdad”, una asociación fraternal, a la cual se unieron intelectuales y representantes de sectores populares. Para pertenecer a esta sociedad era condición necesaria dar palabra de profesar los siguientes principios: “Reconocer la independencia de la razón como autoridad de autoridades. Profesar el principio de la soberanía del pueblo como base de toda política, y el deber y el amor de la fraternidad universal como vida moral”. Inspirada en los ideales de las revoluciones europeas de 1848, la Sociedad de la Igualdad fue la primera organización social formal representante de un proyecto popular emancipador, que promovió diversas medidas para mejorar las condiciones de vida de los sectores populares, como la construcción de baños públicos, un banco de obreros y la creación de montes de piedad, así como clases y talleres gratuitos de lectura y escritura, aritmética, dibujo lineal, música, inglés, baile e historia. A medida que la Sociedad de la Igualdad fue aumentando su número de miembros y fue adquiriendo influencia, captó la atención y animadversión del oficialismo conservador y del clero, pues se había convertido en foco revolucionario en plena época conservadora (1831-1861). Por lo que el 9 de noviembre de 1850, el Intendente de Santiago decretó su disolución, siendo apresados y exiliados muchos de sus integrantes. Bilbao, refugiado en la clandestinidad, participó activamente en el fallido alzamiento liberal conocido como “Revolución de 1851”, hechos por los cuales fue encarcelado y posteriormente fue exiliado a Perú. En ese país, publicó el ensayo “La revolución en Chile y los mensajes del proscripto” (1853). También incursionó en política, uniéndose a un levantamiento liberal liderado por el general Ramón Castilla y Marquesado, quien resultó triunfante en la guerra civil. Disconforme con el nuevo proceder del gobierno al cual había apoyado, Bilbao se declaró opositor y por tal razón fue expulsado del Perú, embarcandose a Europa en 1855. En este periodo en Europa se le reconoce por haber sido el primer personaje público en utilizar el término América Latina. Lo hizo en una conferencia en París el 22 de junio de 1856, donde usó el término para referirse a la parte del continente americano que componen América del Sur, América Central y México, proponiendo la idea de un Congreso Federal de Repúblicas. En este período en Europa reafirmó su idea americanista en relación a la necesidad de unir a las naciones americanas para hacer frente a la amenaza imperialista. Con tal convicción, viajó a Buenos Aires en 1857. En aquellos momentos Buenos Aires formaba un Estado y el resto de las provincias, otro Estado. Motivado por la confrontación entre libertad y tolerancia de culto que acaecía en Argentina en ese entonces, funda la “Revista del nuevo mundo”, que abogaba por la regeneración moral, la emancipación de la razón y la unión de la nación argentina, promoviendo la República. Esta revista es considerada la primera revista de filosofía publicada en Argentina. En paralelo, fue redactor en el periódico “El Orden”, del que dimitió en 1858, porque el editor le prohíbe publicar el artículo “El conflicto religioso”. En Buenos Aires, fue iniciado masón en el año 1857 en la logia Unión del Plata n° 1, del Gran Oriente de Francia. Muy probablemente había tenido contacto con la masonería durante sus estancias en Francia. En 1859 recibió una invitación del General José Urquiza, quien encabezaba la causa de los federalistas argentinos, quien le manifestó que sus miras eran unificar la República y que no tenía ambición personal. Bilbao se traslada al Estado de Paraná, al norte de Argentina. Estalló la guerra civil y la unidad nacional triunfó. Una vez que Urquiza llegó al poder, olvidó los ideales federales por los que había luchado, dejando que la oligarquía bonaerense recuperara la hegemonía política. Cuando ocurrieron estos acontecimientos, Bilbao se encontraba en muy mal estado de salud. Sus fuerzas flaqueaban y su vida se consideraba perdida. Desengañado y arrepentido de haber defendido al General Urquiza, se prometió a sí mismo no volver a tomar parte en la política interna del país. Regresó a Buenos Aires, separándose de la política y se concentró en cuidar de su salud. Se entrega entonces al activismo masónico. Hasta que llegó a la noticia que República Dominicana había sido ocupada por España y México invadido por los franceses. Bilbao no permaneció inmóvil ante el ataque de las monarquías a Repúblicas hermanas, y desatendiendo las prescripciones médicas, retomó la vida pública. Dio a luz el libro titulado “La América en peligro”, lo que hizo reaparecer la embestida del clero católico. La campaña opositora fue encabezada por el obispo bonaerense de la época, quien lanzó una pastoral que atacaba al autor, prohibía la lectura del escrito, y refutaba la idea primordial en que se basaba: “catolicismo y libertad se excluyen”. Bilbao impugnó esa pastoral e hizo frente a sus adversarios. Esta vez tuvo la gran satisfacción de ser acompañado por toda la prensa de Buenos Aires. La derrota del clero fue estrepitosa. Entre 1860 y 1863 presidió la logia Unión La Plata, donde había sido iniciado. De esa época son los “Discursos Masónicos” contenidos en su obra póstuma, “Obras completas de Francisco Bilbao”, compendio de escritos inéditos recopilados y publicados por su hermano Manuel. En 1863 contrajo matrimonio con Pilar Guido Spano. Con ella tendría un único hijo, Lautaro, que falleció a los 43 días de nacido. En 1864, publicó “El evangelio americano”, en el que reflexionó acerca de la lucha y dificultades en América Latina por la libertad, igualdad y justicia. Francisco Bilbao Barquín murió de pulmonía, el 19 de febrero de 1865, enfermedad que contrajo tras arrojarse a las aguas del río de la Plata para salvar a una mujer que se ahogaba. Luego de permanecer 134 años en una tumba familiar en el cementerio del barrio Recoleta en Argentina, sus restos fueron repatriados a Chile el 27 de agosto de 1998. Bilbao solo tenía 42 años al morir. Su vida conoció de fracasos y frustraciones políticas, de penurias materiales y angustias existenciales, sin embargo, logró traspasar su tiempo y hacer que su nombre se convirtiera en emblema de los valores por los cuales luchó, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Hoy, tanto en Chile como en Argentina, su nombre se encuentra identificando calles y logias masónicas.