Manuel Chaves Nogales
La historia, como la vida misma, esta repleta de ejemplos de posicionamiento partidistas extremos. O es blanco o es negro, o estás conmigo o estás contra mi…Bueno, quizás mas bien deberíamos decir que en una reducción simplista de la mayoría de los seres humanos nos empujamos a entender la vida en términos absolutos, sin la posibilidad de encontrar matices, e incluso siendo beligerantes con aquello o aquellos que un momento dado apuestan por entender la vida desde la equidistancia, desde la libertad de conciencia, desde una visión amplia, panorámica que no constriñe mayor ideología que la Libertad y la comprensión de los principios de aquello que hemos venido a llamar Derechos Humanos.
La historia está repleta de ejemplos, la inmensa mayoría no recopilados o con biografias sino en la tradición oral, de aquellos que podríamos llamar “Tercera Via”. Esos que aun siendo militantes no quisieron apostar por un bando, que trataron la reconciliación y que buscaron el punto medio….esos que hubieran sido inmensamente felices si hubieran sido capaces de “unir aquello que se había separado”…
Uno de los mejores ejemplos es Manuel Chaves Nogales, (Sevilla, 7 de agosto de 1897-Londres, 4 de mayo de 1944), fue escritor y periodista de diferentes cabeceras de su Sevilla natal y en Madrid.
Es iniciado el 1 de julio de 1927 en la Logia Danton n.º 7 del Gran Oriente Español, esta logia contaba con 36 miembros, tres de ellos periodistas (Chaves Nogales, Manuel de Castro Tiedra y Vicente Sánchez-Ocaña Muñoz). El resto eran ingenieros, escritores, médicos, profesores, abogados, catedráticos, militares, un tipógrafo y un estudiante.
Como marcaba, y aun marca, la tradición masónica española Chaves Nogales elige un nombre simbólico, que no es otro que “Larra”, al que no es casual ya que este marcó durante toda su vida su estilo y visión periodística de la vida.
Chaves Nogales, sigue en esto a su padre, Manuel Chaves Rey también periodista, quien fue masón de la Logia Germinal 306, y que portó el simbólico de “Florián de Artienda”.
La vida de Manuel Chaves está marcada por lo que se ha venido a llamar la Tercera España.
Era un pequeño burgués, de convicciones laicistas, militante de partidos de centro, y que fue maltratado por la derecha y la izquierda. Era una persona comprometida, de firmes convicciones pero que no se alineaban con los bandos en disputa.
Esto le lleva a exiliarse una vez que la Guerra Civil española avanza, una vez que se da cuenta que no tiene en su mano poder hacer nada mas para reconducir la situación. Convencido demócrata, trabajó contra el fascismo que amenazaba Europa durante su exilio en París . Colaboró en diarios hispanoamericanos, en medios franceses. Desde su apartamento en el barrio parisino de Montrouge organizó una publicación artesanal, Sprint, que explicaba lo que ocurría en España para los exiliados usando las noticias que traían los propios exiliados que llegaban a Francia.
Chaves Nogales se había ganado un puesto en las listas de la Gestapo alemana y, en 1940, cuando las tropas alemanas se acercaban a París, huyó a Londres donde no tardó en retomar su actividad periodística.
Su mujer, su hijo y dos de sus hijas regresaron a España en 1940, huyendo de la invasión de Francia por parte de las tropas alemanas.
Chaves Nogales vivió solo en Londres cuatro años luchando contra los extremos de la derecha y de la izquierda.[cita requerida] Murió en mayo de 1944 de cáncer de estómago, con 46 años de edad.
Está enterrado en Londres, en el North Sheen Cemetery de Richmond, en una tumba sin lápida.
Su obra de magnifica factura y mejor descripción fue durante mucho tiempo ignorada, y no es hasta los años 90 del pasado siglo cuando comienza a recuperarse su memoria.
Destacan títulos como:
• Juan Belmonte, matador de toros; su vida y sus hazañas (Madrid: Estampa, 1935) • A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España: (Santiago de Chile: Ercilla, 1937) • El maestro Juan Martínez que estaba allí (Madrid: Estampa, 1934) • La agonía de Francia (Sevilla: Diputación de Sevilla, 2001) • La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja (Madrid: Mundo Latino C.I.A.P., 1929) • Lo que ha quedado del Imperio de los Zares (Madrid: Estampa, 1931) • La defensa de Madrid (publicado en 16 entregas en la prensa mexicana, 1938; como libro en Sevilla: Espuela de Plata, 201111; aum. y corr. como Los secretos de la defensa de Madrid, 2017) • ¿Qué pasa en Cataluña? (recopilación de una serie de reportajes centrados en la dinámica secesionista que se estaba gestando en Cataluña durante la II República Española, para el periódico Ahora; Córdoba: Almuzara, 2013) • Crónicas de la Guerra Civil: agosto de 1936-septiembre de 1939 (Sevilla: Espuela de Plata, 2011) • Bajo el signo de la esvástica (Córdoba: Almuzara, 2012) • Ifni: La última aventura colonial española (Córdoba: Almuzara, 2012)
Chaves era de ese tipo de periodistas que trabajaba sobre el terreno y utilizaba asiduamente el avión, con el que recorrió Europa. En Alemania fue testigo de lo que más tarde serían los campos de exterminio de los judíos y viajó a Rusia para escribir sobre la revolución. No se conformaba sólo con informar, sino que analizaba en profundidad lo que veía.
Dos grandes temas acapararon su interés informativo, que fueron los que marcaron el devenir de Europa en el siglo XX: la revolución rusa y el fascismo y nazismo, ‘expresiones para el periodista de un mismo talante antidemocrático, hijas de un mismo sentir totalitario’. Fué perseguido por la Gestapo, fue represaliado por el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo del régimen de Franco. Por ello, su labor fue ocultada. Su espíritu independiente y las críticas a los extremismos de derecha e izquierda lo convirtieron en un periodista molesto para los dos bandos.
Figuras como la de Chaves Nogales nos deben recordar a aquellos héroes anonimos que con firmes convicciones democráticas son valientes y se atreven a cuestionar los alineamientos ideológicos dictados por la masa. Aspiremos a vivir como esos valientes que se atreven a tener pensamiento crítico, a cuestionar lo que les entregan como absolutamente cierto, y que son capaces de defender la libertad de pensamiento, de conciencia y de acción.
Sirva el Hermano “Larra” como recuerdo e inspiración a todos aquellos que día tras día aspiran a que su “incesante e inevitable búsqueda de la Verdad” de el fruto esperado, aunque sean conscientes que ese es “un viaje que solo tiene un destino…y solo termina una vez alcanzado el destino”.