Logia Mozart
logia masónica de Madrid
masonería mixta adogmática liberal

Masonería y mujer

En sus inicios la masonería fue exclusivamente masculina. La procedencia que la masonería especulativa tiene en la masonería operativa, compuesta por los antiguos gremios de constructores medievales, impide que en su origen pudiera haber presencia femenina en las logias. Es una simple cuestión histórica: en los siglos XV y XVI la mujer tenía un papel secundario en cualquier ámbito, tanto público como privado. Por tanto, que la mujer estuviera excluida de las logias no es de extrañar, aunque hay que reseñar que hay constancia de que algunas hijas y viudas de canteros participaron de los oficios de construcción, realizando los mismos trabajos. La masonería operativa, no es, pues, sino, fiel reflejo de la sociedad.

El siglo XVIII, momento en el que surge la masonería especulativa, es ya una época de constantes cambios que desembocan en la Revolución Industrial y la paulatina incorporación de la mujer al mercado laboral.

Aunque en las Constituciones de Anderson, fundamento de la masonería moderna aprobadas en 1723, se prohíbe admitir a “esclavos, mujeres y hombre inmorales”, y supone, por tanto, una cierta involución con respecto a la situación anterior, en seguida la mujer se hace con un lugar en la misma.

Ya en 1744 el Gran Oriente de Francia, precursor en la introducción de la mujer en la masonería, crea el Rito de la Adopción, en el que las mujeres realizaron sus primeros trabajos masónicos bajo la tutela de una logia masculina. Recordemos que el primer sufragio femenino no fue aprobado en Nueva Zelanda hasta 1893.

La primera mujer iniciada en la época moderna, alrededor de 1712, Mrs. Aldworth, lo fue por accidente. Dormida en la biblioteca, fue alertada por los ruidos de los trabajos de la Logia a la que pertenecían su padre y su hermano, movió un ladrillo y pudo observar lo que allí acontecía; al ser descubierta por el Guardatemplo, decidieron iniciarla a fin de que no hubiera un testigo que no supiera guardar el secreto del ritual.

Oficialmente la primera mujer iniciada fue María Deraismes, activista francesa de los derechos de la mujer que solicitó su entrada en la masonería. La logia Les Libres Penseurs del Gran Oriente de Francia hubo de salirse de la Obediencia para poder iniciarla en 1882.

A partir de aquí y con las diferencias propias de cada país, la historia de la masonería femenina no es sino la historia de los avances sociales de la mujer. En las Obediencias adogmáticas y liberales existen Logias exclusivamente masculinas, femeninas y también mixtas. Mientras, se observa un aumento de la presencia de la mujer en masonería en todo el mundo, parejo a su conquista de espacio de igualdad, y fomentando que más que nunca se cumpla el lema de “Libertad, Igualdad, Fraternidad” . La masonería sigue siendo el reflejo de la sociedad en la que trabaja.

Cabe destacar en España a Clara Campoamor, política española, profesora, abogada, traductora de francés y masona iniciada en la Logia Reivindicación de Madrid, que fue, además, una de las mayores valedoras e impulsoras del sufragio femenino en España conseguido en 1931 y ejercitado por primera vez en las elecciones de 1933.

La mujer en la masonería permite que hombres y mujeres trabajen por el bien de la Humanidad.

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