Masones especulativos
Las viejas catedrales se están desmoronando.
Convoquemos a los viejos maestros que poseen la destreza heredada de aquellos que las construyeron.
Salgamos a buscar en sus talleres a todos los obreros cuyo compromiso les imponga aceptar este trabajo. Porque es el hombre quien lo encarga. Porque si no se empieza a tiempo, es posible que el antiguo Arte se pierda, al no ser útil para nadie.
Que engrasen los maestros el eje de sus compases y comprueben la correcta graduación de sus escuadras.
Que los oficiales se afanen y apliquen lo mejor de su Arte en la restauración de la vieja obra.
Que los aprendices limpien bien las herramientas para tallar y pulir y colocar de nuevo en su sitio las piedras caídas.
Y que tomen buena nota. Algún día tendrán que hacerlo ellos.