El mandil
Cuando contemplamos el mandil del Aprendiz podemos observar, primero que nada, su blanco color que puede ser interpretado como un símbolo de pureza, como la de un niño que recién comienza su andadura por el camino de su vida, el lienzo libre en donde podremos dibujar.
Al igual que el mandil, nuestro cuerpo es un objeto de protección y transporte que se nos otorga al nacer y debemos llevarlo siempre con nosotros. También, al igual que con nuestro instrumento de trabajo, debemos tratar el cuerpo que recubre nuestro ser de la mejor manera para poder seguir trabajando con mayor eficacia y así cultivar en nuestro interior la verdadera riqueza, el conocimiento, del que siempre podremos hacer más acopio y el que al compartirlo se multiplicará, haciendo de nosotros la mejor de las versiones posibles. Como dijo un gran pensador «Somos lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros». Así como el azar nos ha ofrecido la maravillosa oportunidad de transitar por la hermosa vida intentando sacar el máximo de belleza, sin importar el caos que tengamos a nuestro alrededor, será nuestro pago virtuoso el día en que tengamos que dar cuentas de la utilización del tiempo que se nos ha dado.